En uno de los traduconsejos anteriores, hablábamos de ergonomía para traductores y personas que pasan mucho tiempo en una oficina frente al ordenador. Hoy, nos centramos en ejercicios para estirar el cuerpo y así evitar lesiones.
Recordamos que es muy importante mantener una buena postura a la hora de trabajar, posando los dos pies en el suelo, con las rodillas y codos formando un ángulo de 90 grados con respecto al suelo y mesa respectivamente, respetando la distancia entre la pantalla del ordenador y nuestros ojos… Además de esto, mencionamos que es recomendable estirar cada cierto tiempo para evitar entumecimiento, dolores de espalda o cuello y otras cuestiones. Y ya de paso, para descansar un ratito antes de volver al trabajo.

Estira tríceps
Para estirar los tríceps, levanta el brazo y dóblalo por detrás de la cabeza, como si te fueras a rascar la parte superior de la espalda. Sujétalo del codo con el otro brazo durante unos segundos y repítelo con el otro brazo.
Estira pectorales
Coloca las dos manos por detrás de la cabeza y estira con los codos hacia atrás. Debes sentir un poco de tensión en los pectorales, pero no demasiada. Al cabo de unos segundos, relaja la postura de nuevo.
Extensión de brazos y espalda
Este estiramiento es de los que más nos relaja a nosotras. Consiste en estirar los dos brazos, primero hacia el techo, luego hacia adelante, y luego hacia atrás. De esta forma, estiramos la espalda en distintas posturas. Si sientes que el estiramiento así se queda corto, puedes agarrarte a una mesa, al marco de la puerta… para estirar con mayor intensidad. Por supuesto, con cuidado de no sobreestirar.
Estira las piernas
Desde la postura neutra (los dos pies en el suelo y las rodillas formando un ángulo recto), estira las dos piernas a la vez y mantenlas así un par de segundos. Repite varias veces y en la última, mantenlas estiradas. Una vez así, flexiona los pies hacia adelante varias veces, para dejarlos estirados como una bailarina de ballet.
Estira las caderas
Partimos de nuevo desde la postura neutra. Coloca un tobillo sobre la rodilla contraria, cruzando así las piernas. Aprieta suavemente la rodilla que está cruzada y baja el cuerpo un poco. Notarás tensión en la parte de la cadera que está cruzada. Después, repite el proceso con la pierna contraria.
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