El día 1 de septiembre hace un año del lanzamiento de Lyngua Translations, pero la creación de este proyecto es muy anterior a eso. ¿Cómo creamos Lyngua Translations? Hoy te lo contamos.

Definir la colaboración
Bueno, lo primero de todo fue tener un proyecto en común. Como contamos el lunes en nuestra historia, somos amigas desde primero de universidad y ya sabíamos que trabajamos bien juntas. Además, teníamos más o menos la misma idea sobre cómo queríamos posicionarnos en el mundo laboral. Esta base es muy importante a la hora de crear nuevos proyectos, ya que se necesita mucha compatibilidad para una colaboración a largo plazo.
En el momento en el que decidimos trabajar en conjunto, tuvimos que definir varios aspectos: qué tipo de colaboración queríamos (puntual, habitual, total, a corto/medio/largo plazo, sociedad o comunidad de bienes, etc.), además de los objetivos y valores del proyecto. ¿Quiénes somos? ¿Qué ofrecemos? ¿Qué nos describe y distingue del resto?
Presencia en internet
Nuestro segundo paso fue elegir qué presencia queríamos tener en internet. Este paso puede llegar más adelante, pero para nosotras era importante definirlo porque eso iba a marcar nuestro procedimiento como empresa. Esto ayuda a planificar los horarios, cantidad de trabajo y posibles colaboraciones con otras empresas para hacer este trabajo.
Aquí valoramos si crear una página web y cómo abordarla (qué información incluir, mantenimiento que requiere…). Después decidimos en qué redes sociales queríamos estar y de qué forma: creación de contenido didáctico, creación de contactos con empresas y otros traductores, red social de referencia…
Papeleo
Unificamos todo en un mismo apartado, pero en realidad el papeleo está en cada parte del proceso. En nuestro caso, una vez definida la colaboración que queríamos hacer y el plan a seguir, nos pusimos a la obra con la constitución del proyecto. Contratos, acuerdos, alta en la seguridad social, cuenta bancaria conjunta, gestoría y contratación de software profesional son algunos de los procedimientos que requieren papeleo, pero no los únicos.
¡Mucho cuidado con la fiscalidad! Ayuda tener un gestor o alguien que te guíe en estos temas, no dudes en preguntar. Tanto si eres autónomo, como si tienes una sociedad o eres empleado de una empresa, es esencial tener todo en regla.
Diseño creativo de Lyngua Translations
Una vez terminada (de momento) la parte de planificación, toca el diseño. En este paso tuvimos que decidir lo que el público va a ver: nombre, estilo y colores corporativos, diseño de la página web y formato de redes sociales, lemas, presencia en otros idiomas (¿cambia el nombre y lema? ¿te presentas igual a un público de otro país? ¿a quién te diriges y cómo quieres que te vean?).
Esta es la parte más creativa de todo el proceso. Es importante que tu imagen refleje tu identidad, tu marca debe mostrar cómo eres y cómo trabajas. No es solo lo que te gusta, sino lo que quieres transmitir.
3, 2, 1… ¡Allá vamos!
Ya tenemos lo básico para el lanzamiento. A partir de aquí nos tocaba mantener lo creado y buscar clientes, tener buena presencia, mantener la relación con clientes previos, analizar y hacernos hueco en el mercado… Esta parte del proceso puede crear muchos nervios e incertidumbre, pero un año más tarde podemos decir que a nosotras nos merece la pena. Seguimos creciendo y viendo resultados poco a poco.
Y tú, ¿te animarías a participar en un proyecto así?