La lingüística se dedica a estudiar el lenguaje y su estructura, tanto la gramática, como la sintaxis y la fonética. En cuanto a la gramática, existen dos enfoques: descriptivo y prescriptivo. Antes de explicar cada uno, tenemos que aclarar que ninguno es mejor que el otro, ambos son correctos. Simplemente se trata de puntos de vista diferentes sobre la lengua.

Enfoque prescriptivo
El enfoque prescriptivo es el que explica las normas del uso correcto e incorrecto de la lengua. Por lo tanto, se crean unas reglas que los hablantes deben seguir para que se considere que su lengua es correcta.
Este enfoque se adopta a la hora de aprender una segunda lengua, por ejemplo. Si eres nativo de español y aprendes inglés, tus profesores tratarán de enseñarte el idioma de forma que lo hables correctamente, sin cometer faltas de ortografía ni gramática.
Enfoque descriptivo
El enfoque descriptivo tiene por objetivo describir cómo se utiliza la lengua en el día a día. Esto significa que se dedica a recoger las distintas maneras de hablar la lengua, sin tener en cuenta si se utiliza correcta o incorrectamente, sea o no estándar. Por lo tanto, el enfoque descriptivo no crea reglas, sino que explica las que los hablantes crean con el uso.
Este enfoque, al contrario que el anterior, es más utilizado por lingüistas y especialistas en los idiomas, dado que se basa en identificar, clasificar y explicar los distintos usos de la lengua de los usuarios. Esto después deriva en diccionarios que recogen el uso de las palabras a lo largo de los años.
La Real Academia Española: ¿prescriptiva o descriptiva?
Las dos a la vez. Y eso resulta muy difícil, casi imposible. O bien recoges el uso del español, o bien creas normas que lo rigen. Pero las dos a la vez son incompatibles. Si creas las reglas de la lengua, no puedes recoger el uso no estándar que hacen los hablantes, puesto que serían incorrectas, como indica el enfoque prescriptivo. Si recoges el uso que le dan los hablantes, el uso no estándar puede no cuadrar (y seguramente no cuadre) con las normas que quieres establecer.
La RAE, en sus estatutos de 2021, se considera una institución prescriptiva, con lo que crea normas que los usuarios debían seguir para que su español fuera correcto. Sin embargo, en su diccionario tiene una perspectiva descriptiva. El problema está en que la mayor institución del español, creadora además del diccionario más utilizado en esta lengua, pretende conservar el uso del español basado en sus propias reglas y a la vez actualizarlas en función de los usuarios.
Como hemos dicho, mantener los dos enfoques a la vez es imposible, y eso implica que, en algún momento, uno de los enfoques aplastará al otro. Al fin y al cabo, el descriptivismo no se sigue, porque la RAE acepta o rechaza los cambios que los usuarios ya están utilizando en su día a día. Si hace esto, no está recogiendo el uso de estas palabras, sino diciendo si ese uso que hacen los hablantes es correcto o no. De nuevo, el problema está en que los diccionarios son descriptivos, no prescriptivos. Están para marcar los cambios en la lengua, no para crear normas sobre ella. Si el enfoque del diccionario es prescriptivo, se está perdiendo su esencia.
La RAE define un diccionario como “Repertorio en forma de libro o en soporte electrónico en el que se recogen, según un orden determinado, las palabras o expresiones de una o más lenguas, o de una materia concreta, acompañadas de su definición, equivalencia o explicación”.
Como la RAE como institución establece las reglas de uso del español, su diccionario está sujeto al mismo tratamiento de la lengua y, por lo tanto, no incluirá palabras ni expresiones que considere incorrectas, así como recomendaciones de uso que se incluyan en las entradas de las palabras. Por esto, no se trata de una recopilación del uso de la lengua, sino que es más bien una herramienta más para conocer el uso correcto del idioma. La RAE no admite esto y sigue creyendo en su rigor académico.
¿Crees que es posible mantener ambos enfoques a la vez en la misma institución? Cuéntanos tu opinión.
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